Comúnmente
se entiende por profesión una actividad especializada que requiere para
su realización la posesión de un titulo académico, pero esta es una
visión elitista, aristocrática, academicista e intelectualista de la
profesión.
Se
puede entender por profesión, el papel o actividad específica
desarrollada por una persona en el campo de trabajo, entendiendo por
trabajo la actividad productiva de bienes o servicios.
Un trabajo cuáquera se considera profesión cuando es realizada a conciencia, con amor, responsabilidad y lujo de competencia.
La
ética profesional viene a identificarse con la ética del trabajo,
consciente y libre si bien cada especialización tiene sus aspectos
éticos específicos
LA DIGINIDAD Y EL SENTIDO DEL TRABAJO HUMANO
Todo trabajo es noble u digno si se lo ejerce con responsabilidad y con fines de realización humana
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Lo indigno es (pudiendo) no trabajar.
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Para
unos, guiados en su mayor parte por las teorías religiosas bíblicas y
por la concepción idealista del hombre, la labor, especialmente la
materia, se presenta como un castigo de Dios o
como una forma de someter la parte material del hombrea la servidumbre
de su espíritu. El trabajo es una condena, una penitencia, una forma de
purificación, siendo un castigo, por un lado debemos someternos a él
como un salario del pecado y por otra le huimos presurosos como el prisionero a su condena.
De
esta manera el trabajo se presenta como algo odioso, y el ocio como la
vida ideal a la cual están llamados los bienaventurados.
Se trabaja pues lo mínimo necesario con el fin de ganar el paraíso en los goces de esta tierra o en la felicidad eterna.
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Para
otros, por el contrario el trabajo es constitutivo esencial de la
naturaleza humana, es una forma de expresión y autorrealización humana,
por lo mismo el trabajo puede ser gozado y ser fuente en si mismo de
satisfacciones. Por medio del trabajo el hombre construye su felicidad y
la de sus semejantes y lleva al acto sus capacidades y potencialidades.
El trabajo no es solo un deber escrito en la naturaleza humana sino un honor y una ocasión de vida
Todo
trabajo hecho con un fin noble es noble, pues manifiesta y realiza al
hombre. Por lo mismo anhelo de todo ser humano es comportarse
activamente ante la realidad y esforzarse por construir un mundo mas
feliz. La profesión es una manera de servir a la sociedad y de lograr la
autorrealización a que aspira todo hombre.
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Pero nuestra sociedad ha hecho del trabajo un castigo y ha establecido jerarquías y diferencias entre trabajos buenos y malos.
El
trabajador se somete al trabajo toda la semana con el fin de recibir su
paga y dedicarse a gozar del descanso merecido esperando el día en el
cual no le toque trabajar.
Partiendo
del primado del espíritu sobre la materia concluyen que el trabajo
intelectual es más noble y merece más paga que el trabajo material, este
último es despreciable y es castigo de la ignorancia. Se establece así
una marcada jerarquía entre trabajos nobles y despreciables
ETICA DEL TRABAJO Y DEL TRABAJADOR
El
trabajo y no la propiedad de los bienes debe ser el factor ordenador de
la economía ya que solo la actividad humana es generadora de progreso.
Nadie debería ganar por el solo hecho de poseer; lo que el hombre hace y
es, no lo que tiene, debe ser el fundamento del poder social
Trabajar según sus capacidades y posibilidades es un deber de todo ser humano consigo mismo y con sociedad.
El derecho al trabajo es fundamental; por lo tanto la sociedad debe proveer suficientes y dignas fuentes de trabajo para todos sus miembros.
El trabajo no debe embrutecer alienar ni deshumanizar al ser humano, por el contrario debe ser fuente de promoción.
Para que el trabajo sea fuente de realización personal y social, debe
ser capaz de satisfacer sus necesidades básicas tanto materiales como
espirituales. El hombre tiene derecho a aspirar, mediante un trabajo
digno y responsable, a alcanzar los bienes que satisfagan sus
necesidades básicas de alimento, vestido, salud, habitación, etc.
El
ambiente de trabajo debe ser tal que promueva al hombre en sus
dimensiones físicas y espirituales; seguridad, salubridad, descanso y
diversión, posibilidad de iniciativa, decisión y libertad, trato justo y
digno, salario acorde con sus necesidades, etc. Por lo tanto la
devaluación del trabajo y la explotación de los trabajadores son pecados
capitales de la sociedad capitalista
La
justa remuneración del trabajo bien realizado debe hacerse sin
discriminación de sexo, raza, edad, etc. Teniendo principalmente en
cuenta la calidad y cantidad de esfuerzo realizado.
El ejercicio de una profesión no debe guiarse por el afán de lucro y el mercantilismo desenfrenado.
El
paro o huelga es un medio legítimo de reinvidicación siempre que no
afecte directamente la vida y bienes de otros. La violencia y el pillaje
no tienen justificación ética.
DEBERES DEL TRABAJO:
· Competencia
Profesional: el trabajador, según su especialidad y posibilidad deberá
conservar y adquirir cada vez más competencia tanto en los aspectos
técnicos como intelectuales, sociales humanos y morales: debe
conservarse “en forma” cuidando sus facultades físicas e intelectuales
que le permitan desempeñar su trabajo satisfactoriamente.
· Responsabilidad:
el trabajador es responsable de su actividad, de si mismo, de sus
compañeros, de su trabajo, de su familia, de su empresa, de su país y de
toda la humanidad. El trabajo es un servicio obligatorio para con la
sociedad, que debe realizarse con el máximo posible de dedicación.
· Entusiasmo:
el hombre debe, en la medida de lo posible, realizar su trabajo con
interés, entusiasmo, generosidad e iniciativa, poniendo todas sus
capacidades y su colaboración en la realización de su labor. El trabajo
es una forma de poner las propias capacidades al servicio de los demás.
· Madurez:
en sus relaciones de trabajo tanto con sus jefes como con sus
compañeros y subalternos, el trabajador demostrará equilibrio y madurez
que lo lleven a respetar la dignidad de todos.
· Secreto: en toda profesión hay asuntos no revelables a todos sino a determinadas personas: datos personales, secretos científicos, proyectos, etc.
· Solidaridad: con los compañeros, con la empresa, con el grupo científico
· Humanidad: Tratar a la gente con respeto, comprensión y afecto, sin distinción de edad, sexo y ocupación, etc.
· Lealtad y honradez: la verdad y la justicia deben ser los criterios de su actividad
ETICA DEL EMPRESARIO Y DE LAS EMPRESAS
Todo
empresario debe considerarse como administrador de los bienes comunes y
actuar como tal con lujo de competencia, responsabilidad y
honorabilidad.
No debe guiarse por un ciego afán de lucro y será consciente que las ganancias
No pertenecen a él solo, sino que deben revertir en provecho de la sociedad.
Tendrá
siempre presente que el fin de toda actividad productividad no es el
lucro desmedido sino la realización de las sociedades y de los seres
humanos, comenzando por los trabajadores de su empresa. El hombre es
meta y fin de la actividad productiva.
La
realización humana supone, además de un justo salario que satisfaga sus
necesidades básicas, un ambiente industrial cómodo aseado, seguro y
humano.
El
trabajador y su trabajo no deben considerarse como mera mercancía que
se compra en pública subasta. Por lo mismo la responsabilidad del
empresario no se reduce a la paga de un salario convenido, sino a la
búsqueda del bienestar humano y social de los trabajadores con lo cuales
está comprometido en un objetivo común.
El trabajador no es una cosa ni una maquina para utilizarla y explotarla, sino un ser humano con sentimiento y aspiraciones.
Las
formas de producción, los horarios, el trato, la forma de mando, etc.…
deben adaptarse a las necesidades y aspiraciones humanas de comunidad,
iniciativa, posibilidad de decisión y participación, respeto,
sociabilidad y camaradería.
La igualdad, la justicia, el respeto, la participación y la comprensión, deben ser las bases de las relaciones laborales.
Todos los trabajadores son iguales en dignidad, las diferencias se refieren a situaciones y características.
Todo
ser humano tiene enormes capacidades, anhela libertad y
responsabilidad. La empresa debe dar oportunidad a los operarios para
desarrollar sus capacidades y ejercer su libertad y responsabilidad.
Como el ser humano no
es una maquina de producir sino un sujeto de sentimientos, la empresa
no es un ente mercante económico. Y por lo tanto debe ser un núcleo de
armonía y no un foco de conflictos dentro de la vida social.
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