viernes, 24 de abril de 2015

ÉTICA PROFESIONAL I

            Comúnmente se entiende por profesión una actividad especializada que requiere para su realización la posesión de un titulo académico, pero esta es una visión elitista, aristocrática, academicista e intelectualista de la profesión.
            Se puede entender por profesión, el papel o actividad específica desarrollada por una persona en el campo de trabajo, entendiendo por trabajo la actividad productiva de bienes o servicios.
            Un trabajo cuáquera se considera profesión cuando es realizada a conciencia, con amor, responsabilidad y lujo de competencia.
            La ética profesional viene a identificarse con la ética del trabajo, consciente y libre si bien cada especialización tiene sus aspectos éticos específicos

LA DIGINIDAD Y EL SENTIDO DEL TRABAJO HUMANO


Todo trabajo es noble u digno si se lo ejerce con responsabilidad y con fines de realización humana
Lo indigno es (pudiendo) no trabajar.
Para unos, guiados en su mayor parte por las teorías religiosas bíblicas y por la concepción idealista del hombre, la labor, especialmente la materia, se presenta como un castigo de Dios  o como una forma de someter la parte material del hombrea la servidumbre de su espíritu. El trabajo es una condena, una penitencia, una forma de purificación, siendo un castigo, por un lado debemos someternos a él como un salario  del pecado y por otra le huimos presurosos como el prisionero a su condena.
            De esta manera el trabajo se presenta como algo odioso, y el ocio como la vida ideal a la cual están llamados los bienaventurados.
Se trabaja pues lo mínimo necesario con el fin de ganar el paraíso en los goces de esta tierra o en la felicidad eterna.
Para otros, por el contrario el trabajo es constitutivo esencial de la naturaleza humana, es una forma de expresión y autorrealización humana, por lo mismo el trabajo puede ser gozado y ser fuente en si mismo de satisfacciones. Por medio del trabajo el hombre construye su felicidad y la de sus semejantes y lleva al acto sus capacidades y potencialidades.
            El trabajo no es solo un deber escrito en la naturaleza humana sino un honor y una ocasión de vida
            Todo trabajo hecho con un fin noble es noble, pues manifiesta y realiza al hombre. Por lo mismo anhelo de todo ser humano es comportarse activamente ante la realidad y esforzarse por construir un mundo mas feliz. La profesión es una manera de servir a la sociedad y de lograr la autorrealización a que aspira todo hombre.


             
     Pero nuestra sociedad ha hecho del trabajo un castigo y ha establecido jerarquías  y diferencias entre trabajos buenos y malos.
           
            El trabajador se somete al trabajo toda la semana con el fin de recibir su paga y dedicarse a gozar del descanso merecido esperando el día en el cual no le toque trabajar.
 
            Partiendo del primado del espíritu sobre la materia concluyen que el trabajo intelectual es más noble y merece más paga que el trabajo material, este último es despreciable y es castigo de la ignorancia. Se establece así una marcada jerarquía entre trabajos nobles y despreciables
           


ETICA DEL TRABAJO Y DEL TRABAJADOR

            El trabajo y no la propiedad de los bienes debe ser el factor ordenador de la economía ya que solo la actividad humana es generadora de progreso. Nadie debería ganar por el solo hecho de poseer; lo que el hombre hace y es, no lo que tiene, debe ser el fundamento del poder social
            Trabajar según sus capacidades y posibilidades es un deber de todo ser humano consigo mismo y con sociedad.
            El derecho al  trabajo es fundamental; por lo tanto la sociedad debe proveer suficientes y dignas fuentes de trabajo para todos sus miembros.
            El trabajo no debe embrutecer alienar ni deshumanizar al ser humano, por el contrario debe ser fuente de  promoción. Para que el trabajo sea fuente de realización personal y social, debe ser capaz de satisfacer sus necesidades básicas tanto materiales como espirituales. El hombre tiene derecho a aspirar, mediante un trabajo digno y responsable, a alcanzar los bienes que satisfagan sus necesidades básicas de alimento, vestido, salud, habitación, etc.
            El ambiente de trabajo debe ser tal que promueva al hombre en sus dimensiones físicas y espirituales; seguridad, salubridad, descanso y diversión, posibilidad de iniciativa, decisión y libertad, trato justo y digno, salario acorde con sus necesidades, etc. Por lo tanto la devaluación del trabajo y la explotación de los trabajadores son pecados capitales de la sociedad capitalista

            La justa remuneración del trabajo bien realizado debe hacerse sin discriminación de sexo, raza, edad, etc. Teniendo principalmente en cuenta la calidad y cantidad de esfuerzo realizado.
            El ejercicio de una profesión no debe guiarse por el afán de lucro y el mercantilismo desenfrenado.
            El paro o huelga es un medio legítimo de reinvidicación siempre que no afecte directamente la vida y bienes de otros. La violencia y el pillaje no tienen justificación ética.

DEBERES DEL TRABAJO:

·                    Competencia Profesional: el trabajador, según su especialidad y posibilidad deberá conservar y adquirir cada vez más competencia tanto en los aspectos técnicos como intelectuales, sociales humanos y morales: debe conservarse “en forma” cuidando sus facultades físicas e intelectuales que le permitan desempeñar su trabajo satisfactoriamente.
·                    Responsabilidad: el trabajador es responsable de su actividad, de si mismo, de sus compañeros, de su trabajo, de su familia, de su empresa, de su país y de toda la humanidad. El trabajo es un servicio obligatorio para con la sociedad, que debe realizarse con el máximo posible de dedicación.
·                    Entusiasmo: el hombre debe, en la medida de lo posible, realizar su trabajo con interés, entusiasmo, generosidad e iniciativa, poniendo todas sus capacidades y su colaboración en la realización de su labor. El trabajo es una forma de poner las propias capacidades al servicio de los demás.
·                    Madurez: en sus relaciones de trabajo tanto con sus jefes como con sus compañeros y subalternos, el trabajador demostrará equilibrio y madurez que lo lleven a respetar la dignidad de todos.
·                    Secreto: en toda profesión hay asuntos no revelables a todos sino a determinadas personas: datos personales, secretos  científicos, proyectos, etc.
·                                            Solidaridad: con los compañeros, con la empresa, con el grupo científico
·                    Humanidad: Tratar a la gente con respeto, comprensión y afecto, sin distinción de edad, sexo y ocupación, etc.
·                    Lealtad y honradez: la verdad y la justicia deben ser los criterios de su actividad

ETICA DEL EMPRESARIO Y DE LAS EMPRESAS

            Todo empresario debe considerarse como administrador de los bienes comunes y actuar como tal con lujo de competencia, responsabilidad y honorabilidad.
            No debe guiarse por un ciego afán de lucro y será consciente que las ganancias
No pertenecen a él solo, sino que deben revertir en provecho de la sociedad.
            Tendrá siempre presente que el fin de toda actividad productividad no es el lucro desmedido sino la realización de las sociedades y de los seres humanos, comenzando por los trabajadores de su empresa. El hombre es meta y fin de la actividad productiva.
            La realización humana supone, además de un justo salario que satisfaga sus necesidades básicas, un ambiente industrial cómodo aseado, seguro y humano.
            El trabajador y su trabajo no deben considerarse como mera mercancía que se compra en pública subasta. Por lo mismo la responsabilidad del empresario no se reduce a la paga de un salario convenido, sino a la búsqueda del bienestar humano y social de los trabajadores con lo cuales está comprometido en un objetivo común.
            El trabajador no es una cosa ni una maquina para utilizarla y explotarla, sino un ser humano con sentimiento y aspiraciones.
            Las formas de producción, los horarios, el trato, la forma de mando, etc.… deben adaptarse a las necesidades y aspiraciones humanas de comunidad, iniciativa, posibilidad de decisión y participación, respeto, sociabilidad y camaradería.
            La igualdad, la justicia, el respeto, la participación y la comprensión, deben ser las bases de las relaciones laborales.
            Todos los trabajadores son iguales en dignidad, las diferencias se refieren a situaciones y características.
            Todo ser humano tiene enormes capacidades, anhela libertad y responsabilidad. La empresa debe dar oportunidad a los operarios para desarrollar sus capacidades y ejercer su libertad y responsabilidad.
            Como el ser humano  no es una maquina de producir sino un sujeto de sentimientos, la empresa no es un ente mercante económico. Y por lo tanto debe ser un núcleo de armonía y no un foco de conflictos dentro de la vida social.

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